La pandemia nos ha cambiado para siempre y, como a todos los sectores e industrias, ha tenido su efecto en el Facility Management. En primer lugar, porque ha transformado procesos y fórmulas ya establecidas en esta disciplina en desarrollo. En segundo lugar, porque los consumidores hemos quedado marcados por la COVID-19.
Por lo tanto, la gestión integral de edificios en el sector inmobiliario, lo que llamamos Facility Management, ha tenido que enfrentarse a la disrupción de esta pandemia global y tomar medidas de urgencia. Además, la llamada “nueva normalidad” acoge una serie de tendencias y desafíos a los que los facility managers también tendrán que hacer frente.
Facility Management en tiempos de COVID
Tal y como nos cuentan en Facility Management Services, han sido varios los frentes en los que ha tenido que luchar el facility manager desde la irrupción de la pandemia. Primero, porque sin una experiencia previa similar a esta, ha sido necesario improvisar soluciones, especialmente para reducir el impacto económico de la desocupación de los inmuebles gestionados. Los recursos esenciales tienen que ver con la reducción de costes energéticos (como la limitación provisional de la potencia contratada), así como la renegociación de los servicios de mantenimiento, limpieza, seguridad, etc.
Sin embargo, durante las desescaladas progresivas fue imperativo la generación de confianza en el usuario, principalmente a través de la seguridad y la aplicación de medidas que garantizasen la salud y el bienestar de los ocupantes del inmueble. Hablamos de servicios de desinfección, medidas para adaptarse a la nueva normalidad sanitaria (aforo de ascensores, distancia social en flujos de circulación, etc.), y mayores flujos de ventilación para reciclado óptimo del aire.
Por último, el artículo sitúa las soluciones que se están llevando a cabo en el periodo de transición en el que nos encontramos hoy. Algunas giran en torno al coworking y los puestos calientes, ya que muchas empresas se plantean el teletrabajo (del que hablaremos más adelante) como un recurso para el futuro más inmediato. En esos “huecos” que van a dejar las empresas, se crearán espacios más amplios y seguros a nivel sanitario que cubran las necesidades actuales crecientes (salas para videoconferencias, espacios de descanso o comedores más amplios).
Tendencias del sector inmobiliario y el Facility Management
El teletrabajo durante el confinamiento más duro ha dado lugar a un cambio de paradigma en el mercado laboral y en las oficinas: muchos trabajadores desean trabajar más tiempo desde sus casas y buscan una mayor conciliación laboral. Además, un informe de la consultora Deloitte afirma que el teletrabajo no solo brinda ventajas a los trabajadores, sino que podría generar una reducción de los espacios físicos de las empresas, traducida en reducción de costes de desplazamiento, consumo energético y reducción de la huella de carbono.
Por todo ello, la utilización del espacio es, de nuevo, un desafío para el Facility Management. Si durante el confinamiento los facility managers tuvieron que repensar la gestión del espacio, ahora el reto está en hacer un mejor uso del espacio disponible. Uno de los recursos más obvios es el de la implementación más amplia de la tecnología para impulsar el Facility Management. Aquí hemos hablado de la importancia del Big Data en el sector, y de cómo herramientas o plataformas de gestión como ÓPTIM-A permiten una mejor y más profunda gestión y mantenimiento de los activos.
La integración de sensores que provean a este software de gestión de datos relevantes puede ser de gran valor para, por ejemplo: tener un mayor control sobre la ocupación de los activos; condiciones de los espacios como humedad o temperatura; o flujos de personas en zonas de tránsito. Todos esos datos recogidos por los sensores se convertirán en información valiosa con la que tomar decisiones mejor informadas.
Retos para el futuro y búsqueda de la sostenibilidad
Como hemos contado en este blog, la rehabilitación energética de los edificios es uno de los retos a los que hace frente el sector inmobiliario, pero también como oportunidad de crecimiento y, también, como posible motor económico nacional.
Debido al mayor tiempo que hemos pasado en interiores, la pandemia también ha puesto de relieve las necesidades de los edificios en materia de consumo sostenible. Y no solo nos referimos a la búsqueda de edificios más eficientes, o con una mejor calidad del aire interior, sino edificios en los que la utilización de recursos sea inteligente, tengan una mejor gestión de los residuos y el control del mantenimiento sea adaptativo y orientado a necesidades.
En definitiva, el futuro del Facility Management es digital. La implementación de la inteligencia artificial puede proporcionar herramientas para calendarizar el uso de los “puestos calientes” de los empleados en caso de un trabajo híbrido, entre presencial y en remoto. Asimismo, mediante el uso de algoritmos de aprendizaje automático, los análisis en tiempo real sobre el consumo de recursos (ya sea el uso de espacio o energía) se pueden combinar con datos históricos para predecir mejor las necesidades futuras de la empresa.