Next Generation es el Plan de recuperación para Europa que quiere contribuir a reparar los daños económicos y sociales causados por la pandemia y que pretenden marcar el camino hacia la salida de la crisis y sentar las bases para una Europa moderna y más sostenible. A nivel nacional, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia sienta las bases de las políticas y planes para gestionar el destino de estos fondos en aquellos sectores productivos con mayor capacidad de transformación de nuestro tejido económico y social, como el de la construcción.
Ya hemos hablado aquí de la importancia de que se rehabilite el sector hotelero español, con unos activos que necesitan de un rejuvenecimiento, especialmente en un país donde el sector turístico es tan fundamental. También puntualizamos que, en general, el parque inmobiliario español tiene una edad media muy elevada, con ejemplos como el de la Comunidad de Madrid, con 56 años de media.
Rehabilitación de edificios en el Plan de Recuperación
Este plan del Gobierno incluye 5.800 millones de euros para la transformación de los edificios a través de diferentes programas de rehabilitación. Las ayudas a los propietarios de las viviendas costearán entre el 35 % y el 100 % de las obras para recuperar estos edificios. El plan de rehabilitación constará de tres planos de ejecución, con la vista puesta en la sostenibilidad y la eficiencia energética:
- Por un lado, como punto primordial, la rehabilitación energética de los edificios queda a disposición de comunidades de vecinos, que pueden solicitar estas ayudas y es, con diferencia, la rama que recibirá una partida presupuestaria mayor.
- En segundo lugar, la rehabilitación de barrios completos, de espacios comunes y actuaciones específicas para ciudades de menos de 5.000 habitantes, lo que conocemos como “la España despoblada”.
- En tercer y último lugar, una parte del plan de ayudas será destinado a la rehabilitación de edificios públicos.
Como señalamos arriba, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia es el plan más reciente, abordado a consecuencia del rescate europeo tras la irrupción de la COVID-19. Sin embargo, esos fondos se canalizarán a través de otros planes, ya en funcionamiento, como por ejemplo el Plan de Rehabilitación Energética de Edificios (PREE).
El problema: parque inmobiliario envejecido
El parque inmobiliario español tiene una media de edad de 45 años por edificio. Y más allá de lo que esto supone, la eficiencia energética de los edificios españoles es baja. Como hemos comentado, este es uno de los caballos de batalla de las propuestas del Gobierno para renovar el ecosistema urbano de nuestro país. Ni siquiera las provincias con los parques inmobiliarios más “jóvenes” (Guadalajara y Toledo, con medias de construcción del 2001 y 2003 respectivamente) tienen una certificación energética superior a la media nacional.
Recientemente hemos sabido que el Plan destinará 1.000 millones de euros para rehabilitar edificios públicos. Aquí, además de la tan ansiada sostenibilidad, entra en juego otro valor: la industrialización de la construcción. Iñaqui Carnicero, director general de Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio de Transportes, explicó que se tratará de primar este tipo de iniciativas que pueden servir para mejorar los precios de las obras y para lograr que el sector de la construcción recupere el interés de los trabajadores, que no se ha repuesto desde la crisis inmobiliaria.
Sin duda, la reactivación del sector, más centrado ahora en la rehabilitación y modernización de los edificios, estará más próxima a medida que estos incentivos lleguen a los consumidores. Y en cuanto al sector, la industrialización de la construcción es otro acicate importante para modernizarlo.
El futuro de la rehabilitación de edificios en España
Tal y como os contamos en Avintia Servicios, sobre la rehabilitación energética de edificios –y como hemos resaltado aquí-, el Gobierno, auspiciado por las autoridades europeas, se dispone a inyectar fondos para la renovación del parque inmobiliario español. El futuro pasa por ser más sostenible y las viviendas consumen un alarmante alto índice de energía, además de generar una buena parte de las emisiones contaminantes.
En un artículo de ‘La Vanguardia’ se destaca que esta transformación de los edificios españoles tiene una triple vertiente positiva: por un lado, se colabora en la mitigación del cambio climático con políticas más verdes; por otro, se alivia la pobreza energética (especialmente en un momento como el actual, con el coste de la luz por las nubes); y por último, se genera empleo local para potenciar que no solo se trate de rehabilitar edificios, sino de mejorar entornos.
No obstante, ya existen voces que reclaman que la inversión del Gobierno podría estar muy lejos de ser la que realmente necesita España. En materia de rehabilitación de edificios, los promotores consideran que podría ser inasumible la adaptación a nuevas regulaciones de sostenibilidad sin subir ostensiblemente los precios de la vivienda, lo que podría lastrar este afán de renovación del sector. Solo el tiempo dirá si nos encontramos en una senda positiva o si los esfuerzos han sido insuficientes.